Lo mejor para tu cerebro es el ejercicio. Y no hablo de ejercicios mentales, hablo de mover el culo cuerpo.

Lo sé por propia experiencia. La última vez que cambié de trabajo me autoimpuse un horario de locos por la ansiedad de conseguir resultados que justificaran mi “fichaje”. Y sí, estaba muchas horas en la oficina pero producía poco. En muchos momentos tenía niebla cerebral (“brain fog”) y mis niveles de energía eran bastante bajos. Sin café no servía para nada.

Me costó, pero me di cuenta que tenía que cambiar de estilo de vida. Ya no por mi salud, sino para rendir mejor (que, repito, era mi objetivo en ese momento). Lo típico del “menos es más”. Menos horas de trabajo pueden resultar en un mayor volumen de producción (tanto en cantidad como en calidad).

Varias cosas me ayudaron (por ejemplo, ya hemos hablado de mis comienzos con las duchas frías y el ayuno intermitente e incluso de domir un poco más) pero la que más marco la diferencia fue volver a hacer ejercicio varias veces por semana. Mayoritariamente ejercicios de pesas (el porqué prefiero este tipo de ejercicios a otros más aeróbicos lo dejamos para otro día). Y sí también perdí 10 kilos de peso pero no lo hice por eso, adelgazar fue un “side effect” del proceso (pero bienvenido sea).

Y si no me creéis a mí, pues os traigo también esta charla de Wendy Suzuki, neurocientífica en la Universidad de Nueva York. En su charla, Wendy dice que el ejercicio es una de las cosas más “transformativas” que puedes hacer para mejorar tus habilidades cognitivas como el aprendizaje, el pensamiento, la memoria, la concentración y el razonamiento. 

Resume estas ventajas en cuatro aspectos principales:

  1. Reduce la ansiedad. Cada vez que nos movemos, el cuerpo genera diferentes neurotransmisores (como dopamina o serotonina). Estas sustancias ayudan a combatir los sentimientos de ansiedad y depresión. Vaya que hacer ejercicio (incluso limitado, de 10 a 30 min) nos anima y pone de buen humor.
  2. Mejora el foco y la concentración. Una sesión de ejercicio mejora tu capacidad de concentración durante las horas siguientes.
  3. Promueve el crecimiento de nuevas células cerebrales. El ejercicio promueve la neurogenesis. Y también mejora la salud de los enlaces sinápticos entre neuronas. Esencial para mejorar la función cognitiva.
  4. Protege a tu cerebro del envejecimiento, retrasando también la aparición de enfermedades neurodegenerativas.

Para más info y ver los estudios científicos en los que se basan sus opiniones, os recomiendo leer este post.  Y por supuesto os recomiendo ver su charla (son poco más de 10 minutos).

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