Soy un fanático del reciclaje: papel, plástico, orgánico, vidrio… todo se separa y se recicla. Mejor dicho, se coloca en el contenedor correspondiente. Otra cosa es que luego el ayuntamiento (y las empresas que subcontrate) sigan adelante con el proceso de reciclaje en lugar de mezclarlo todo, “pasando” de nuestros esfuerzos y buenas intenciones.

Estaba convencido que reciclar todo lo posible era la única manera de acabar ahogados en un mar de plástico (y otras porquerías varias). Pero, como todo, nada es tan fácil como parece. Este podcast: “So, should we recycle?” me ha abierto los ojos de golpe a la complejidad del problema del reciclaje.

Lo primero que hay que recordar es que el reciclaje es el último recurso para evitar los residuos. Las tres “Rs” son: “Reduce, Reuse and Recycle”. Lo más efectivo para reducir la basura es consumir menos, luego el reutilizar más y sólo en el último caso intentar reciclar lo que tiramos.

Lo seguno a tener en cuenta es que China ya no compra nuestra basura. El modelo económico chino ha cambiado mucho y ya no les sale a cuenta el pagar mucha mano de obra para separar, limpiar y reciclar nuestra basura. El reciclaje antes daba dinero a las ciudades, ahora es un coste más. Aún peor, reciclar llega a ser más caro que simplemente mezclarlo todo y llevarlo al vertedero. ¿La consecuencia? Muchas ciudades de Estados Unidos han parado sus iniciativas de reciclaje. En algunos casos, siguen pidiendo a sus ciudadanos que reciclen y separen la basura sólo para que no pierdan la costumbre por si en el futuro encuentran una mejor solución.

Además, reciclar no es tan “limpio” como podemos pensar. Al final si para que nuestra botella de plástico se recicle tiene que pasar por un camión que la recoja, una máquina que gaste agua para limpiarla, un buque que se la lleve a China,… el coste medio ambiental no es precisamente cero. Según algunos expertos, de hecho, el qué China ya no quiera nuestro plástico puede contribuir a que disminuya la cantidad de plástico en nuestros océanos. Digamos que algunas empresas no eran muy cuidadosa con su procesado del plástico y a veces cuando llegaba una partida de plástico que no tenía la calidad suficiente pues podían dejarla “caer accidentalmente” al mar.

Más reciclaje no es siempre mejor para el planeta. Pero al mismo tiempo tampoco podemos permitirnos no reciclar y seguir gastando. ¿La solución? Igual que tenemos que consumir localmente, tenemos que reciclar localmente. O incluso quemarlo (con las nuevas tecnologías de incineración, es muy caro pero el nivel de emisiones es prácticamente cero). Sin olvidar que hasta ahora el coste del reciclaje recae básicamente en las ciudades y administraciones públicas (que es lo mismo que decir en nosotros) cuando se podría exigir a las empresas que fabrican esos productos que después hay que reciclar que arrimaran también el hombro.

Sin lugar a dudas, un podcast muy controvertido pero que sirve para reflexionar y entender mejor como de complejo es el proceso de salvar el planeta. Repito, empezando por consumir menos que es la mejor forma de ahorrarnos todos estos problemas.

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